Andamos bombardeados por cómo encontrar
el santo grial de nuestros días: La Felicidad.
No son pocos los libros de autoayuda, conferencias de gurús y
otros medios los que vienen aconsejando modelos
de comportamiento, hábitos y conductas necesarias para conseguir eso que para
muchos no es más que la zanahoria al burro, algo totalmente inalcanzable.
No seré yo el que aconseje a nadie
de qué debe hacer para lograr tal cometido. El viaje a la felicidad que lo haga
cada cual como crea conveniente, pero sí
que me gustaría alertar sobre aquellos que viviendo en un estado de éxtasis,
llamados hoy en día como “los motivados” , se atreven a calificar al resto como pesimistas,
aburridos, amargados, y que han buscado una palabra excesivamente gruesa para
catalogarlos; personas tóxicas.
En la experiencia que me ha dado la
madurez, he podido comprobar que se obvia demasiado los aspectos genéticos,
digamos que cada uno tenemos nuestra propia química heredada, la cual nos hace reaccionar
de diferente forma en situaciones similares.
Podemos tener los mismos zapatos
para transitar en la vida, y sin embargo, ir dejando distintas huellas.
Buenas noches.
1 comentario:
Buen post compadre,
Me cabe una duda... A alguien se le ha ocurrido etiquetarte a ti como "tóxico"?
Flipo!
Que se ha comprado el manual de etiquetar personas ... En un chino?
De todas formas todos, somos en algún momento, tóxicos, alegres, positivos, optimistas, negativos...
Que se lo haga mirar, el psicólogo aficionado!
Mucha gente "proyectando" es lo que hay, volcando sus miserias en los demás como en un espejo...
Un abrazo
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