Como una tabla a la deriva en un precioso mar bañado por el
azul del cielo. Pero a la deriva. Demasiados compromisos que atender. Una vida
social asquerosamente atareada. Ni la mejor comida, ni la mejor bebida, ni el
mejor p….apaciguan mi ansiedad.
Amigos, trabajo, familia, todos exigiendo un poquito más. Depósito
vacío. No hay más.
Fui el primero, no me dejé llevar por la fiesta. Madera
moldeada por infinitas olas. Al final, varado en el espigón, alguien se acerca
y te dice “QUILLO, PARECE QUE NO TE CONOCE”. Tu cabeza se acelera.
NO HAY MAS.
PD. Un beso fuerte para mi amiga María Guerra. Siempre cerca.
Un placer, María, siempre un placer.