viernes, 23 de septiembre de 2011

OTOÑO



Por fin otoño. Aunque ya lo he comentado en varias ocasiones, el verano me cansa. Muy especialmente el final del verano. Se me hace interminable.

No hace mucho, mi compadre me comentó, a raíz de un desagradable suceso, que en su casa suelen llamar al mes de marzo como “el otro”, así que la cancioncilla de los meses del año queda así: “enero, febrero, el otro, abril…

Tras el mes de septiembre que llevo y el que me queda aún, bautizaré a éste con el nombre de “látigo”.

Mirad, he dejado de escribir por un simple motivo. Tengo poco que contar. Mi vida se está aplanando. ¿Será la madurez?. Puede que sí, han hecho falta cuarenta y dos abriles. Siempre tarde. Aunque espero que ésta me traiga la capacidad de decir “No” sin que mi corazoncito deje de latir y sobre todo, sin que mi cabecita me interrumpa el sueño.

Rompiendo cuerdecitas…