sábado, 30 de enero de 2021

EL HILO QUE NOS MANTIENE UNIDOS (I)

  

Necesitó revolver todo su armario para encontrar el jersey azul marino que le regaló su madre el día de su cumpleaños. Tenía la prestancia de una prenda nueva, la etiqueta aún le colgaba de una de las mangas. La arrancó mordiendo el nailon. Cada vez que utilizaba los dientes para cosas así se acordaba de su padre, de su insistencia a la hora de corregir acciones que él consideraba poco femeninas. 

 

Se miró al espejo, se sintió satisfecha. Sus zapatillas Nike y el jersey Gap compensaban el roído de su camiseta interior y de sus vaqueros a la piedra.  Con ese vestuario pretendía evitar que la conversación con sus padres no empezara como siempre; “vaya pintas que traes”. 

 

Al salir del piso se miró nuevamente al espejo y dudó si quitarse el único pendiente, un pequeño crucifijo que colgaba de su oreja derecha. No lo hizo, ya se sentía excesivamente traicionada vistiendo ese jersey que le recordaba sus años de colegio, ese colegio de pago que tanto le  marcó en su adolescencia.