Difícil
será que estas palabras no rezumen la indignación. La noche ha sido de perros
en la espera de ver como iba a ser el comportamiento de las espadas en la plaza
cibernética de facebook.
No
te preocupes, si no te has enterado todavía, te enterarás.
Ayer hice una entrada en mi muro de la
susodicha red social donde criticaba al vicepresidente de los andaluces por sus
declaraciones recogidas en Abc donde justificaba la decisión del Sr. Griñán de “ceder”
el puesto a su discípula, y le premiaba con esta frase “GRIÑAN HA TOMADO UNA
DECISION VALIENTE Y EJEMPLAR”.
Puse en mi muro de facebook: “mas
pelota que este no lo hay”. También se había despachado el pájaro hace unos días
alabando las bondades de la discípula.
De esta forma, empiezan a aparecer
comentarios, principalmente, de los errores cometidos por el Partido Andalucista
en sus distintos pactos con el PSOE.
Para refrendo de mi titular de
facebook escribo esto: “Cuando se es puta, se echa un polvo y se cobra. Este,
echa el polvo, lo cobra, y además cuenta las veces que ha llegado al orgasmo
con su proxeneta. Puta, pelota y rastrera”.
Ya sabéis ese estilo revertiano, ácido
e incluso llegando a lo chavacano que suelo utilizar en demasía.
Comienzan los problemas, un comentarista (se
presume que de buenas entendederas por el cargo que ocupa) cree que las
palabras dedicadas al Sr. Valderas van dirigidas hacia él. Nada más lejos de la
realidad, ya que no conozco a ese señor de nada.
Pues este señor, en su muro, se despacha
diciendo “que un miembro del comité local del Partido Andalucista lo había
llamado puta, pelota y rastrera”. El bulgo, muchos llamados a la excelencia, no
contrasta la noticia y sentencia. Pobrecitos, a algunos las entendederas se las
tiene comida la doctrina, o la animadversión a la manita abierta. Pero bueno, lidiar con la prole y con el despistado de
turno va en el sueldo del que escribe.
Lo que nunca me esperaba es que el “encantado
de conocerme” saliera dando clases de semántica lingüística, y sobre la
utilización del lenguaje sexista en mis palabras. Pobres argumentos que por mi
errada amistad hacia él no quise más que contestar con un “os/as”.
Este señor “que todo lo sabe” tuvo la
opción de apagar el fuego que un errado amigo le pedía, pues el sabía qué
intención llevaban mis palabras. Pues no, prefirió echar gasolina y como en
facebook la gasolina prende con mucha rapidez decidí retirarme a mi refugio
cibernético, para decir las cosas por su nombre.
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