domingo, 9 de enero de 2011

CUENTA SALDADA.


Esto no es un ajuste de cuentas y por ello, no mencionaré nombres que sitúen escenarios ni protagonistas.

A mí, de pequeño, me enseñaron que cuando alguien tiene la bragueta abierta lo prudente es acercarse disimuladamente e indicárselo de una forma sutil.

En Mayo hará cuatro años que con mi cartelito del partido que milito, pasé la mayor parte de la jornada electoral en mi colegio, todos tenemos el nuestro, verdad. Habilitamos un cenicero en la puerta del edificio y allí todos fumamos. Al aire libre. Nadie comentó nada. Los electores que llegaban cruzaban el patio y cuando alcanzaban el edificio apuraban su cigarrillo y lo tiraban al cenicero accidental. Nadie comentó nada.

A la hora de comer me dirijo al colegio electoral donde estoy censado para ejercer el derecho al voto. Pitillo en mano sobrepaso la verja. En ese momento, el mantenedor del centro, a voz en grito (si el fulano hubiera tenido un arma, la hubiera utilizado. Alma de francotirador) y a mas de treinta metros de distancia me conminaba a tirar el cigarro. No llegué a levantar las manos, solo me ruboricé y le pedí perdón a la vez que apagaba el cigarro de la forma que pude. Todos los allí presentes contemplaban la escena.

Solo pasó un mes de aquella historia cuando se me cursa invitación a la fiesta de fin de curso en dicho colegio. En ese mismo patio, donde a mi me dieron el “matarile público” se fumó y se bebió hasta altas horas de la noche. El justiciero, también lo hacía.

Y como dice el maestro Reverte “viendo la cagada se conoce al pájaro”. El Kalashnikov no apuntaba al pitillo, apuntaba al cartelito del partido que lucía en ese momento en el pecho.

Buen domingo.

La misma gentuza oportunista, según donde el azar la situaba, dio rienda suelta a su negra alma lo mismo bajo el mono de miliciano que bajo la camisa de falangista. La guerra y la sucesión de acontecimientos, el rencor de la España envidiosa y maldita, convirtieron esas atrocidades en inevitables”. Arturo Pérez Reverte




3 comentarios:

maribel flores dijo...

Veo que estás cumpliendo tu promesa...¡perfecto!Escribes tan sencillo que es un gusto leerte.
En cuanto a lo del artículo,decirte -¡lo que hay que ver!-
Pa lante y no dejes de ser como eres.

Moy dijo...

Desde este espacio que mi amigo May me brinda y siguiendo el tema tabaco...Quiero hacer un pequeño y humilde homenaje a aquellos tiempos, en ese mismo colegio, cuando había ceniceros en las mesas de las aulas y nuestro maestro Don Francisco Galbán, se fumaba sus, algunos cigarrillos, mientras nos daba clase de matemáticas y gimnasia...¿Como hacia círculos con el humo...?.Que tiempos aquellos...Quedaron para el recuerdo, ¿No te parece May?.Ánimo y a seguir sin humos

Un abrazo fuerte a todos

MAY SANZ MARTIN dijo...

Oye omía, por qué no te haces un blog y nos deleitas con tus vivencias...