Pues ya llegó. Ahora toca disfrutar de La Tablá, de familia
y amistades en un entorno preparado por y para el disfrute.
No, esta Cruz no será igual. La fiesta nunca es la misma.
Todos con un año más y cada uno a lo que le toca.
Tiempo de reencuentros, abrazos, conversaciones, miradas. De
reforzar lo que siempre estuvo ahí aunque ya no esté. De buscar, aún sin
encontrar, lo sentido, lo disfrutado, lo vivido. La fiesta que siempre está en
presente tiene su pellizco nostálgico y es ahí donde brota la magia que la hace nueva y eterna.
Como la vida misma.
Buena Cruz amigos.
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