Vencido por la lucha constante a la monotonía, atrapado en un tiempo que repite
incesantemente rituales de hartazgo, difícil se hace retomar, por más que a uno
le recuerden que la pluma es fácil, hábitos que en otro tiempo avivaban rescoldos.
Sin la tinta de la melancolía y el papel de la nostalgia todo
parece artificial, forzado. Manido.
Unas no cogen el teléfono, otras se hacen las olvidadizas,
todas visten ropas con las que no sueño. Ninguna quiere pasear conmigo el laberinto
ajardinado.
Mientras tanto, sueño con miradas que no me pertenecen,
miradas que vienen a expresar que el pasado existe. Por un momento creí que era
verdad y solo fue un sueño.
Por momentos soñé que volvía a escribir en mi blog.
1 comentario:
Bueno... yo también lo he soñado...
Un abrazo.
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