jueves, 26 de noviembre de 2009

CORONADO DE ESPINAS


Lejos quedan ya los días radiantes de un pueblo que coronaba a su mujer más emblemática, mañanas de cielos claros y tardes buscando la noche en el color de su manto.

Calles que bullían, comercios repletos… Vecinos que se organizaban en torno a un potaje o a una salve.

Voy a intentar ser valiente. No, yo no quise estar en el Coronación, y no estuve.

Todavía se conservan los azulejos en aquellos lugares donde moró la Señora en su novena itinerante. En la casa de mi abuela, en la huerta Don Víctor, hay uno.

Tarde noche de Septiembre, la madre de todas las madres llega aclamada por todos los vecinos hasta esa casa. Le esperaba una bonita noche de verano, y un largo día de convivencia.

La vi llegar. No tenía intención de participar en nada, quería aislarme. Me fui a mi casa. Puse el despertador un poco antes para verla a eso de las siete de la mañana, antes de ir al trabajo. Vecinas terminaban de velar la noche junto a Ella.

Tampoco participé de la convivencia, tan solo me acerqué de nuevo hasta Ella momentos antes de su partida. El destino me obligó a portarla en mi hombro, no más de ocho personas estaban allí. Llegó como llegan las reinas. Se fue, como se va una esclava.

Este relato, tan íntimo como verdadero, me revela con claridad la indolencia de este pueblo, capaz de salir a la calle para salvaguardar la poltrona de su Rey, e incapaz de revelarse ante sus propios problemas.

Lágrimas caen del cielo para un pueblo coronado de espinas.


Saludos.

3 comentarios:

José Antonio Jiménez dijo...

Vaya May, ya veo que no fui el único que paso un día duro en aquellos momentos. Ha pasado tiempo de aquello y te entiendo. Yo si fui a casa de tu abuela a estar con la virgen y lo hice porque tenía razones que la razón no entiende y también la recibí en mi casa, por la misma razón, pero tuve un sentimiento diferente al tuyo, porque yo no lo hice desde la fe, simplemente lo hice por ser acompañante de una persona querida que así lo quería. Pero te entiendo y estoy muy de acuerdo contigo. Y además creo que el día a día de los tiempos pasados dan la razón a personas como tú.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Esa es la "devoción" tan extendida en este pueblo; pero no olvides que eso le viene bien a algunos/as. Lo mires desde donde lo mires,desde cualquier actitud o postura ideológica, se llega a la misma conclusión: aquello fue instrumenatalizado política y socialmente por determinados personajes que, desde entonces, han venido instaurando la actual teocracia patronal que rige este pueblo. A ver quien se atreve a traer el laicismo aquí, y eso lo deseamos muchos cristianos hartos ya de participar en este totus revolotum. La política por un lado, y la religión por otro.

Anónimo dijo...

¿RELIGIÓN?, ¿dónde está la RELIGIÓN en este pueblo?. Aquí no existe tal cosa, aquí estamos rodeados por multitud de imágenes, ídolos y rituales a los que se acude de forma superstisciosa para atraernos la gracia y la suerte todo ello en un ambiente folclórico y yo diría que hasta competitivo, porque al final lo que importa es destacar sobre los demás, y que mejor ejemplo de ello que todos los actos acontecidos durante la llamada coronación. Y muy lejos queda de todo esto el sentimiento religoso de amor al prógimo, de transcendencia y de mejorar la comunidad en el sentido de que ningún individuo quede en el desamparo y la injusticia.

Estamos ante el becerro de oro que tantas veces Yave arrasa, becerro de oro donde a su alrededor giran la vanidad, la envidia y el ansia de poder sobre los demás.

Y amigo May, lo que simbolice la madre de Dios nunca será algo a lo que le llamemos Señora, ni la veamos como una Reina o una exclava, será algo que solo nos invoque el AMOR AL PROGIMO.