viernes, 27 de agosto de 2010

IMPACTO INMINENTE

Cada vez me asombra más tu puntualidad. Este año no te esperaba.
Pensamientos que revelan una evidencia. Insomnio. Otro cardenal.
Esperando tocar suelo, pero bajando... Volver a empezar. Las diástoles consumiéndome. Lágrimas secas.
Sobredosis de mis Maestros. Empezar a quererse.
Entre caladas y sorbos busco el momento de decirte adiós.

2 comentarios:

Anastasio Pineda dijo...

Serena el espíritu, amigo.

No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que los aguante.

Un abrazo

Anónimo dijo...

No permitas que te cieguen las tinieblas teniendo unos soles tan grandes.